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En el siguiente informativo, podrás saber que la adolescencia, es una forma de incluir a todos los grupos –urbanos, rurales e indígenas– y su abordaje reconoce el papel que juega la cultura, el género, el nivel educativo, la familia, el entorno social y otros factores en el desarrollo de los y las adolescentes. No es solamente un periodo de adaptación a los cambios corporales, sino una fase de grandes avances hacia una mayor independencia psicológica y social.

¿Definición de la Adolescencia?

La definición cronológica, más ampliamente aceptada, establece la adolescencia como la etapa que comprende las edades entre los 10 y los 19 años, es decir, la segunda década de la vida. Tal periodo, a su vez, se divide en dos subetapas: adolescencia temprana (de los 10 a los 14 años) y adolescencia tardía (de los 15 a los 19 años).

Otras definiciones, que pretenden incluir otros aspectos además de la variable edad, han incorporado el concepto de proceso y describen a la adolescencia como el periodo de transición entre la infancia y la edad adulta, caracterizado por la sucesión de importantes cambios fisiológicos, psicológicos y sociales en el ser humano.

Entendiendo la Adolescencia

Es muy frecuente que escuchen decir frases como las siguientes: “cuando seas grande puedes dar tu opinión”, “cuando tú vas yo vengo de vuelta”, “es mejor que las decisiones las tome yo, porque tengo más experiencia que ustedes”, “este tema es muy complejo, ellos no están preparados para dar ideas que sirvan”. De ese modo, las personas adolescentes no se les da la oportunidad de participar o informarse sobre temas relevantes para ellas y ellos, porque muchas personas adultas piensan que “no están listos”, “no saben”, “no tienen la suficiente experiencia”, “carecen de la capacidad de decidir”, es mejor que “alguien les diga lo que tienen que hacer”.

Estos mensajes negativos se expresan y refuerzan por parte de las familias, las escuelas, las comunidades y medios de comunicación. Por su parte, las y los adolescentes pueden creer que estos mensajes son ciertos y terminan pensando que son menos capaces, menos reflexivos, menos inteligentes y que sus opiniones valen menos que las de las personas mayores. El resultado es que las y los adolescentes sienten que no tienen nada importante que decir o, peor aún, que nada de lo que ellas y ellos puedan decir o hacer será útil para cambiar sus condiciones de vida. Una grave consecuencia de esta situación es que las personas adultas, con el afán de “protegerlas y protegerlos” para que no se equivoquen, nieguen a las y los adolescentes la oportunidad de tomar decisiones o resolver problemas por ellos mismos.

  • Esta “protección” en numerosos casos puede ser contraproducente. Un ejemplo de ello es la negativa a educar a las y los adolescentes en materia de sexualidad. Si crecen sin información, si no se les permite aprender a expresarse y a decidir, si no se valoran sus capacidades, se les están quitando las herramientas para actuar con responsabilidad.

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Fuente: Curricula EIS Ashonplafa Honduras